lunes, 15 de agosto de 2016

Nutrición en el embarazo


Nutrición en el embarazo

Durante la gestación se producen una serie de cambios fisiológicos que obligan a prestar mayor atención a la nutrición en el embarazo. Existen recomendaciones sobre requerimientos nutricionales para cubrir las necesidades del feto, el organismo materno y el coste de la síntesis de leche en esta etapa.
El organismo materno puede adaptarse a estas circunstancias modificando la capacidad de utilización de los nutrientes. Por ello, las mujeres sanas con un adecuado estado nutricional antes del embarazo, podrían desarrollar su gestación sin necesitar aporte extra de nutrientes.
El objetivo de esta pequeña guía de nutrición en el embarazo es lograr que la futura madre aprenda qué nutrientes son indispensables para el desarrollo saludable de su bebé.

Control médico de la embarazada

Cuando una mujer es consciente de que está embarazada, debe acudir al médico, que controlará los cambios en tu físico y peso. Para ello, éste realizará:
  • Una analítica completa (pruebas bioquímicas), para conocer el estado general de la gestante y la capacidad para llevar a cabo el embarazo.
  • Una inspección física, ya que si existe alguna carencia vitamínica o mineral, se puede detectar fácilmente (examinando el pelo, las encías, manchas en la piel, uñas blandas, labios agrietados, etcétera). Lo que se pretende es detectar, si existe, alguna carencia, para resolverla a tiempo.
  • Una exploración física, donde el objetivo principal es controlar la ganancia de peso durante el embarazo. Este aumento de peso debe ser controlado, siendo normal en el embarazo alcanzar un sobrepeso de entre 11.900 Kg y 15.900 Kg., dependiendo del estado de la madre al inicio de la gestación.
  • Un control nutricional por el especialista.
Más de cuarenta nutrientes trabajan en la formación, el desarrollo y el crecimiento del bebé,  por lo que la alimentación cobra un papel fundamental a la hora de afrontar el embarazo de manera saludable.
En general, la nutrición durante el embarazo será la misma que la de cualquier mujer sana, pero con algunos cuidados especiales. Por supuesto, se ha de seguir una dieta variada y equilibrada.
En el embarazo hay que distinguir tres trimestres:

Primer trimestre

  • La madre busca adaptarse al embarazo. Etapa de naúseas, vómitos, hipotensión, etcétera. Poco aumento de peso.
  • El embrión comienza a desarrollar los órganos.

Segundo trimestre

  • La madre experimenta un período de adaptación al embarazo. Equilibrio. Aumento de peso.
  • El feto se encuentra en período de crecimiento y desarrollo de los órganos.

Tercer trimestre

  • La madre está en la fase de preparación al parto, con un evidente aumento de peso.
  • El bebé crece a un ritmo que no volverá a repetirse durante su vida.
Es importante tener en cuenta que no existe una dieta para todas las mujeres embarazadas, ya que cada organismo presenta sus particularidades, y dependerá de su estado de salud.

Control del estado nutricional durante el embarazo

Uno de los parámetros que sigue el especialista en control del estado nutricional durante el embarazo es realizar la historia de la mujer gestante: antecedentes familiares, edad, situación económica, antecedentes de enfermedad, tabaquismo, drogadicción, trastornos alimentarios previos, número de embarazos, etcétera.
En el siguiente paso, el especialista se encarga de conocer cómo se alimenta la embarazada mediante una encuesta dietética. Esta entrevista recoge información de las comidas realizadas durante cuatro días con uno de fiesta incluido. El objetivo es determinar la gestante si lleva una dieta sana y equilibrada, tanto en cantidad como en calidad.
Por último, se lleva a cabo un seguimiento de los cambios nutricionales, en cada visita periódica. Y es que, una alimentación materna incorrecta puede, entre otros motivos, provocar un desarrollo menor de las células cerebrales del embrión. Si el peso del bebé es escaso, debido a la desnutrición o la mala alimentación de la madre, puede afectar al futuro desarrollo del niño a lo largo de su vida.

Aspectos nutricionales a tener en cuenta durante el embarazo

  • Un buen estado nutricional inicial de la gestante es de suma importancia para un desarrollo adecuado del embarazo.
  • El médico es el que va a supervisar adecuadamente el estado nutricional de la futura madre.
  • Conocer los cambios fisiológicos relacionados con la alimentación que llevamos para poder adaptarla a nuevas situaciones.
  • Tener conocimientos de las necesidades de macro y micronutrientes para tener una dieta equilibrada y no sufrir déficit ni excesos.
  • No hacer caso a tópicos como “hay que comer por dos”.
  • Tener especial precaución con los malos hábitos que puedan perjudicar a la salud del bebé como alcohol, tabaco, ayunos, etcétera.
  • Requerimientos nutricionales durante el embarazo

  • Una dieta sana y equilibrada  es indispensable en cualquier etapa de la vida de una persona. En el caso de la mujer embarazada, el cuidado de la dieta tiene todavía más importancia. Los alimentos deben cubrir necesidades energéticas para alimentar en condiciones al bebé, además de prepararse para la etapa de lactancia.
    Una buena alimentación que cubra los requerimientos nutricionales durante el embarazo, y que garantice la salud de madre e hijo, debe incluir cinco elementos indispensables: hidratos de carbono, lípidos, proteínas, vitaminas y minerales.

    Necesidades energéticas en el embarazo

    Las necesidades energéticas dependen de la constitución de la madre gestante, de su estado nutricional habitual, de si ejerce o no actividad física y de si se mantiene o no en su peso ideal.
    La principal fuente de energía son los hidratos de carbono, destacando los complejos como el arroz, las legumbres, las patatas, las frutas, etcétera.
    Las embarazadas no deben abusar de los hidratos de carbono simples, que se encuentran en el azúcar refinado, lamiel, los dulces o la bollería industrial, ya que pueden alterar el metabolismo de la glucosa. Se deben tomar de forma moderada.

    Necesidades de proteínas en el embarazo

    Las proteínas son necesarias para cubrir las necesidades del crecimiento del feto, de la placenta y de los tejidos maternos, de ahí que se deba de ingerir más cantidad de proteínas durante el embarazo.
    Se calcula que la mujer embarazada necesita una ingesta adicional de 10 gramos de proteínas al día.
    Como alimentos ricos en proteínas tenemos:
    • Queso.
    • Leche de vaca.
    • Pollo.
    • Cordero.
    • Lentejas.
    • Soja.
    • Pescado.
    • Huevos de gallina.
    • Jamón.
    • Carne vacuna.

    Necesidades de ácidos grasos esenciales

    Las grasas desempeñan una doble función: por un lado energética; y por otro, intervienen en la formación de los tejidos, aunque en menor medida que las proteínas.
    Como principal grasa se debe consumir el aceite de oliva, que contiene los ácidos grasos esenciales, importantísimos para el desarrollo del tejido nervioso y de la retina del feto, así como los tejidos maternos.

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